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La biblioteca: «Un ave ante el rayo de la tormenta»

                     eléctrica que despliega el cerebro humano,     Los lectores pueden ser como las aves en li-
                     es un concentrado de energía capaz de ilu-     bertad, aun en medio de la más negra de las
                     minar el fondo de la noche más oscura.         tormentas; o bien, tímidos pájaros domesti-
                                                                    cados dentro de mínimas jaulas, en espera
                     Hay rayos que iluminan tímidos el horizonte    del grano de alpiste que su captor les ofrece.
                     –y no nos afectan, pero cimbran a otros– en    Podemos comparar la biblioteca con el cere-
                     cambio, hay relámpagos que hacen temblar       bro de la escuela. El cerebro es el órgano que
                     la tierra donde estamos parados –que otros     tiene la función de pensar racionalmente, de
                     contemplan distantes, sin que les afecte–.     generar las emociones y los sentimientos del
                     De eso se trata la biblioteca escolar: no to-  organismo; también se encarga de mantener
                     dos  los cerebros se  ven  iluminados  por  la   los procesos metabólicos de la vida.
                     misma luz del rayo contenido entre las pági-
                     nas de un libro.                               Sin la biblioteca, la escuela no alcanza la con-
                                                                    dición de organismo vivo, pensante y emo-
                     Cada lector cosecha de la biblioteca el fruto   cional; para que la biblioteca escolar cumpla
                     que su cerebro y su corazón requieren; así     su cometido, la tarea del bibliotecario es muy
                     como no todos los tipos de tierra ni todas     importante. Existen diferentes tipos de me-
                     las estaciones del año sirven para sembrar     diadores que acercan o alejan a los lectores:
                     –y cosechar– el mismo grano: no todas las
                     mentes de los lectores leen el mismo tipo de
                     libros; no es casual que las palabras lector y   a. Bibliotecario militar.
                     recolector estén emparentadas de manera
                     más que cercana.                               Siempre está de mal humor, se le revuelve el
                                                                    estómago si alguien entra a la biblioteca o
                                                                    si pide un libro del que no se sabe los datos
                                                                    completos. No le gusta que las personas to-
                                                                    men los libros por su cuenta. De ser posible
                                                                    pone un escritorio o mostrador para que na-
                                                                    die pase y ¡ay de aquél que se atreva a cruzar
                                                                    la frontera!

                                                                    El reglamento es lo principal y para ello se
                                                                    asegura que esté a la vista, lo más grande
                                                                    posible. Persigue a los que deben libros, y
                                                                    como si fuese integrante del servicio secre-
                                                                    to, investiga hasta dónde viven y si pudiera,
                                                                    contaría diariamente los libros. No debe ha-
                                                                    ber ruido en la biblioteca.



                                                                    b. Bibliotecario almacenista.

                                                                    Su mente es una supercomputadora que sabe
                                                                    dónde está cada libro; tiene una base de da-
                     Dibujo elaborado por:                          tos actualizada, los libros sin polvo y cada uno
                     Jonathan Armando Contreras Ávila               en su lugar. Dedica gran parte del día a revi-
                     Escuela: Silvestre Revueltas                   sar que ninguno esté fuera de su sitio. Quien
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                     Saber Para Todos                   septiembre—diciembre 2018            Secretaría de Educación
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