Page 58 - Revista No.2 2019
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A Durango
IV. Independencia La Boquilla Mezquital fue su último refugio,
con sangre, sudor,
Fue un grito de luz liberadora, polvo y ceniza enfrentó la
digno, memorable canto de guerra, soberbia hiriente de Pinilla
llamando a la lucha por la libertad y allí quedó devorado por el fuego,
perdida, signo épico de la victoria. y allí quedó trizada la esperanza,
y allí quedó con la mira quieta.
La Patria se cimbró en sus Solo, solo, con el deseo interno
lastimados huesos, en sus páginas del que se sabe invicto en la batalla.
capitulares de la historia, Después vino el Brigadier López Negrete,
en su resignada condición de madre, a sitiar el último reducto de las tropas espa-
en su inocencia triste, mancillada, [ñolas, con el cangrejo
en su noble alegoría de amparo de la ira royendo su alma,
y una inundación de hiel saliendo por los ojos.
El grito sacudió la costra vieja,
tiró edictos ofensivos a las puertas Venció y entró triunfal a la ciudad
de mandíbulas cerradas; sembrada de jardines y de templos:
luego fue el crujir de bayonetas, Durango fue libre desde entonces:
vuelo improvisado de estandartes, como el águila invencible
fuego en la lengua para quemas libros, en el cielo azul de la mañana.
espadas de noble empuñadura ¡Salve oh guerreros inmortales¡,
rasgando, subversivas, el velo ilustre de la noche. Voces proféticas que el tiempo lee,
viento seminal que sube al día,
Hidalgo el Padre de la Patria lanzó fuego que confirman las palabras,
el grito y una rabia, como de lobo ciego, fiera voluntad de ser.
creció en el condecorado pecho de Calleja,
realista contumaz que al fin venciera V. Revolución.
a los primeros hombres de la Independencia.
Que hablen alto, que canten
Durango despertó de su virreinal sueño, que rieguen con agua los fusiles,
a la temible voz de los cañones para que broten flores
al galope de indomables jinetes, en el vientre frío de su cañones.
a la proclama fiel de los patriotas. Que tiendan todas las manos
En su rostro brotaron espigas de esperanza. al ritmo de la ardiente hoguera;
En su rostro amaneció una libertad inusitada. que griten en el centro del día
Entonces de la plebe enardecida, en la hora despeinada de la noche:
José María Gutiérrez levantó la mano, Revolución, Revolución, Revolución.
héroe prosaico sin historia,
biografía en blanco, sin palabras. Que nadie detenga su estridente paso: uno
Pensó en Durango y quiso hacerlo libre [dos, uno dos.
con el filo de la espada y el cuchillo: Avanzar en marcha subversiva,
honra al humilde sin rostro, sin historia. constructora, desafiante:
por la libertad y la justicia,
Honra al hombre sin linaje, ni prosapia. por el pan y la sal,
Honra al hombre que desde Colotlán pensara, por la tierra y el agua.
la hermosa libertad irrenunciable Que hable Madero, Apóstol de la Democracia,
de la Nueva Vizcaya atormentada. que el General Francisco Villa levante su voz
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Saber Para Todos Número 2 Secretaría de Educación